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PROBLEMAS LUEGO DE LA SEPARACIÓN

La Yugoslavia de Tito estuvo caracterizada por reformas constantes que no lograban resolver los problemas nacionales claves. Además, el sistema federal, debido a la tirantez nacional creciente y el deseo del Partido Comunista de "apoyar la autodeterminación nacional" comenzaron a salir de control. Esto resultó en la creación de Kosovo, una región autónoma de Serbia, legislada por la constitución de 1974. La constitución no reconoció el poder de la capital sobre las regiones autónomas creadas recientemente en Vojvodina(un área de Yugoslavia con un gran número de minorías étnicas) y Kosovo (con una gran etnia de albanos). Esto no sólo agravó los temores de los serbios de "una Serbia débil para una Yugoslavia fuerte" sino que también golpeó la base de la identidad nacional de Serbia. La mayoría de los serbios ve a Kosovo como "la cuna de la nación", y no aceptan la posibilidad de perderla permitiendo que se poble mayormente de albanos.
La importancia especial de Kosovo se debe a la derrota del duque Lazar Hrebeljanović. Se dijo que había sido traicionado en Kosovo Polje (Batalla de Kosovo) contra los turcos otomanos. La devastante derrota fue el final del reino serbio y el comienzo de casi quinientos años de subyugación ante los otomanos (1389-1868). Sin embargo, los primeros registros de la batalla no datan hasta cien años después de la misma, en forma de poema. El giro romántico otorgado a este episodio de la historia contribuyó a la naturaleza sagrada y venerable de la región de Kosovo. La importancia de Kosovo en esta época tenía mucho peso en lo que respecta a Serbia.
Esta versión de la federación esencialmente convirtió a Yugoslavia en una confederación, cuestionando la legitimidad del régimen y engendrando resentimiento en las repúblicas más ricas. Eslovenia y Croacia, las repúblicas más desarrolladas se sentían continuamente frustradas por su incapacidad de elevar su nivel de vida, ya que tenían que subsidiar el desarrollo de las repúblicas más pobres en lo que describían como "el agujero negro económico". Éste resaltaba las vastas diferencias en la calidad de vida en las distintas repúblicas. La muerte de Tito trajo más problemas; en un esfuerzo por asegurar su legado, la constitución de Tito de 1974 estableció un sistema de presidencias de un año de duración, con una base de los ocho líderes de las repúblicas. Estos mandatos tan cortos eran muy inefectivos. Esencialmente, dejaron un vacío en el poder que quedó abierto durante la mayor parte de la década de 1980, y sólo Slobodan Milošević tomó las riendas en 1989.

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